A partir de la conquista de Canarias, como antes los fenicios, griegos y romanos, llevan a las tierras conquistadas primero el vino y luego los viñedos. Las principales variedades de uva que se cultivan son malvasía, verdillo, torrontés, listán y negramol. La complicada orografía sobre la que normalmente se asientan los parrales ha condicionado que la mecanización de las labores de cultivo del viñedo haya sido mas bien escasa, conservándose así en muchos lugares de la isla un gran acerbo cultural que tiene que ver con esa antigua tradición.